Oudajt, Ojo de Horus: Entre el Antiguo Egipto y el Esoterismo
Los antiguos egipcios vivieron en una de las sociedades más fascinantes de la historia de la humanidad. Los símbolos en particular han desempeñado un papel clave en la transmisión del conocimiento cultural de una generación a la siguiente.
Ya sean jeroglíficos inscritos en las paredes de templos y obeliscos, papiros que contienen descripciones de antiguos rituales religiosos o amuletos de la suerte que la gente todavía usa hoy en día, están en todas partes y nos enseñan mucho sobre la forma en que los antiguos egipcios veían el mundo.
Entre todos ellos, el Ojo de Horus es sin duda uno de los más reconocibles (y uno de los más reconocidos, de hecho).
El significado del Ojo de Horus, que lleva el nombre de uno de los dioses más poderosos e influyentes del panteón egipcio, es profundo y, sin embargo, sigue siendo muy relevante.
Por tanto, en este artículo intentaremos desentrañar sus secretos y misterios observando los distintos aspectos mitológicos que lo rodean.
Así podremos comprender mejor cómo este símbolo logró ocupar un lugar tan importante en la cultura ilustrada que fue la del antiguo Egipto.
Para empezar, echemos un vistazo al dios Horus, comprender su historia es sin duda un buen punto de partida.
Indice :
Historia y creación del Ojo de Horus
Entonces, ¿cuál es el verdadero significado del Ojo de Horus?
¿Cómo se utiliza hoy en día el Ojo de Horus?
¿Quién es el dios Horus?
En la mitología del antiguo Egipto, Horus es el hijo divino del dios Osiris y la diosa Isis. El nombre "Horus" puede tener varios significados. Los egiptólogos citan en particular:
- El halcón
- el de arriba
- El que esta lejos
Era uno de los dioses más renombrados y queridos de la Enéada (un grupo de nueve deidades de la mitología egipcia que eran adoradas en la ciudad sagrada de Heliópolis).
Horus era notablemente el dios del cielo. Además del significado que lleva su nombre, podemos afirmarlo fácilmente gracias a la impresionante cantidad de representaciones que nos muestran como un hombre con cabeza de halcón.
En ciertos manuscritos y bajorrelieves, se nos representa directamente en forma de tal pájaro.
Si también te interesa la historia de la religión egipcia, echa un vistazo a los símbolos y amuletos de la suerte egipcios que hemos recopilado aquí, y cuéntanos si merece la pena desviarse.
En definitiva, los antiguos creían que el ojo derecho de Horus representaba el sol, mientras que su ojo izquierdo representaba la luna. Aquí nuevamente vemos el lugar poderoso que este dios tenía con el cielo, realizando la unión y unión entre los dos astros celestes más importantes.
El origen mitológico de Horus se encuentra en la historia de Osiris e Isis, ampliamente reconocida como la historia más famosa del antiguo Egipto.
Osiris e Isis son representados respectivamente como las fuerzas masculina y femenina del universo, dos fuerzas opuestas pero complementarias que crean el mundo a través de su armonía. Al ser fruto de esta unión, el dios Horus es considerado a veces como la expresión de la vida misma.
Según los antiguos, Osiris era el hijo mayor de Nut (la diosa del cielo, las estrellas y el cosmos) y Geb (el dios de la Tierra). Fue el primer rey de Egipto y, como era costumbre real de la época, se casó con su hermana Isis.
Si te interesa la genealogía y la historia del dios Horus, aquí tienes un artículo del sitio mitológica que te lo contará desde otro ángulo.
Historia y creación del Ojo de Horus
Aquí te vamos a hablar de uno de los amuletos de la suerte más antiguos, conocidos y respetados del antiguo Egipto.
A veces también llamado Wadjet, Oudjat u "ojo egipcio", se cree que este símbolo mágico brinda protección, salud y eterna juventud.
Debido a sus poderosos poderes, el Ojo de Horus era comúnmente utilizado por los antiguos egipcios como protección tanto para los vivos como para los muertos. Aquí podrás encontrar ejemplos de estas joyas en forma de amuleto o anillo por ejemplo.
Aún hoy en día, el ojo egipcio sigue utilizándose por sus propiedades curativas y la protección que nos ofrece.
Asesinato y traición: un origen dramático
El origen del Ojo de Horus lo encontramos en un antiguo mito que nos habla de la lucha entre los dioses Seth y Osiris. Hermanos que son completamente opuestos, el primero es el maestro del caos y la desolación, mientras que el segundo está asociado al bien y a la vida.
Como comentamos anteriormente, Osiris desempeñaba el papel de rey de Egipto. Seth, celoso y deseoso de hacerse con el trono, utilizó artimañas y artificios para conseguir que su hermano bajara la guardia, y finalmente poder asesinarlo.
Los egipcios nos muestran a través de esta leyenda cómo la envidia, los celos y el deseo por las posesiones ajenas pueden conducir a las peores atrocidades.
Aquí lo que se nos cuenta es el asesinato de un dios a manos de su propio hermano, pero el mensaje es sin duda aplicable a una gran cantidad de áreas de la vida.
En resumen, después de cometer su fratricidio, Set se había convertido en el nuevo rey, trayendo caos y desorden a Egipto.
Sin embargo, a través de su poder mágico, Isis logró devolverle la vida a su difunto marido por unos momentos, justo el tiempo que tardó en quedar embarazada.
Ya conoces al niño que nació poco después: se trata del famoso Horus.
Consciente del poder mágico de su rival, Seth decidió desmembrar el cuerpo de Osiris en catorce pedazos que esparció por los cuatro rincones del país. Esto tenía como objetivo evitar que pasara al inframundo.
De hecho, según las creencias del antiguo Egipto, el cuerpo del difunto debía ser embalsamado y enterrado en su totalidad para que el alma pudiera abandonar nuestro mundo.
Por lo tanto, Isis y su hijo Horus partieron en busca de las partes del cuerpo. Neftis, Anubis, Hathor, Thoth: fueron ayudados en su misión por las diferentes deidades del panteón egipcio (sobre las que encontrarás más información aquí ) para quienes el bien debe triunfar a toda costa.
Juntos lograron localizar todos los pedazos del cuerpo de Osiris y así comenzar un ritual destinado a traerla de vuelta de entre los muertos.
A medida que el espíritu del gran dios regresaba gradualmente a nuestro mundo, Seth se dio cuenta de lo que estaba sucediendo y de lo que inició una terrible serie de batallas.
El costo de la venganza
Horus era el más joven de todos los dioses y el único cuyos poderes no eran necesarios para que el ritual se desarrollara sin problemas. A pesar de su carácter de novato, fue él quien tuvo que luchar contra el terrible Seth.
Las batallas fueron largas y terribles, regiones enteras de Egipto fueron sacudidas y los desiertos del Sahara todavía recuerdan algunos de estos enfrentamientos.
Durante la lucha entre Horus y Seth, los dos dioses sufrieron graves heridas: a Horus le arrancaron un ojo y Seth perdió uno de sus testículos. (Como el dios maligno fue posteriormente desterrado al desierto, esto explica por qué estas tierras son eternamente áridas).
Según una versión del mito, Seth rompió el ojo en seis partes distintas que esparció por los cuatro rincones del mundo, exactamente como había hecho con el cuerpo de Osiris.
En otros, fue el propio Horus quien le sacó los ojos, último sacrificio necesario para llevar a cabo el ritual de resurrección.
Esta teoría es bastante interesante y explica por qué el ojo egipcio se considera un símbolo de sacrificio y heroísmo.
Desde un punto de vista más simbólico, la lucha entre Seth y Horus puede verse como una metáfora de la batalla entre el orden y el caos, entre los virtuosos y los pecadores.
Una cura mágica
Una vez que Set fue derrotado, los dioses quedaron tan impresionados por las hazañas y el heroísmo de Horus que decidieron convertirlo en el nuevo rey de Egipto. Su reinado fue también sinónimo de prosperidad y paz para todos los egipcios.
Sin embargo, el hecho de que el trono ya no estuviera vacante no significaba que la idea de devolverle la vida a Osiris tuviera que abandonarse. Por tanto, el ritual se completó con gran éxito.
Sin embargo, el ojo de Horus aún estaba perdido... y el dios decidió recuperarlo (lógico, se podría decir).
Una vez más la magia fue utilizada por divinidades egipcias que estaban definitivamente ligadas al esoterismo.
Algunas versiones afirman que es Hathor (la diosa del cielo, la fertilidad, la belleza y las mujeres) quien reconstruye el ojo. Otros dicen que fue Thoth (el dios de la sabiduría y la magia) quien lo hizo.
Es desde este día que este símbolo recibe el nombre de Oudjat, o Wadjet, que significa literalmente "aquello que es íntegro y saludable" y este tipo de colgante, sencillo pero tremendamente eficaz, se lleva por su estrecho vínculo con la poderosa magia de Thoth..
Entonces, ¿cuál es el verdadero significado del Ojo de Horus?
Partiendo de las leyendas egipcias que acabamos de contarte, entendemos fácilmente por qué el ojo egipcio se convirtió en un símbolo sagrado vinculado a la curación, la regeneración, la protección e incluso la vida eterna.
Debido a que el Ojo de Horus fue restaurado mágicamente, los antiguos egipcios creían que poseía propiedades curativas, restos de los poderosos hechizos que lo recrearon.
También se ha encontrado en monumentos funerarios. Sin duda también tenía un vínculo con la muerte y el paso de las almas al más allá.
En definitiva, muchos amuletos de la suerte han podido beneficiarse de sus poderes.
Amuleto, colgante o talismán…
Oro, plata, porcelana o lapislázuli…
Para asegurar una buena salud, alejar la mala suerte o ganar sabiduría...
Los usos del ojo egipcio son numerosos y los contextos en los que brilla intensamente son sumamente numerosos.
¿Un símbolo matemático?
Los especialistas en el antiguo Egipto que lo han observado más de cerca han llegado a una constante cuanto menos inquietante: este símbolo bien podría contener los secretos de conocimientos matemáticos muy avanzados que tenían los antiguos egipcios, el significado del ojo de Horus sería sobre todo matemático.
A menudo, cuando pensamos en civilizaciones pasadas, pensamos en sociedades “primitivas”, casi atrasadas. ¡En realidad, nada podría estar más lejos de la verdad!
Los egipcios fueron grandes investigadores, curiosos por descubrir las reglas que rigen nuestro mundo y a quienes debemos algunas de las bases de nuestra ciencia moderna. Es aquí en matemáticas donde destaca el Ojo de Horus.
En el mito, este ojo estaba dividido en seis. En su representación simbólica, el ojo egipcio contiene precisamente seis partes distintas.
Cada uno de ellos vale una fracción muy precisa del dibujo total: el lado derecho del ojo vale 1/2, la pupila 1/4, la ceja 1/8, el lado izquierdo del ojo 1/16, el curvo cola 1/32, y la lágrima 1/64.
Cuando sumamos todo, llegamos a 63/64. Se supone que la parte que falta representa los poderes mágicos que permitieron recrear el ojo, un recordatorio de que nada en nuestro mundo es perfecto.
Diferentes partes para diferentes sentidos.
Algunos de los que han investigado el asunto también han establecido paralelos entre las diferentes partes del ojo de Horus y nuestros sentidos. Aquí está la conclusión de su trabajo:
- El lado derecho del ojo está asociado con el sentido del olfato, porque es el más cercano a la nariz y en algunos aspectos se parece a ese órgano.
- No hace falta decir que la pupila representa el sentido de la vista.
- La ceja corresponde al pensamiento (que también era un sentido para los antiguos egipcios), porque sus movimientos pueden usarse para expresar nuestros pensamientos.
- El lado izquierdo del ojo representa el sentido del oído, ya que apunta hacia el oído y tiene forma de nota musical.
- La cola curvada puede parecerse a un tallo de trigo en las primeras etapas de germinación. Aparte de este vínculo con la comida, esta parte designa el gusto.
- Finalmente, se supone que la lágrima representa el sentido del tacto, porque podemos ver en esta forma un tallo que se planta en la tierra, acto que implica contacto físico y por tanto un tacto determinado.
Analiza cada parte con precisión para darle significado al Ojo de Horus desde un punto más global... ¡Este es un enfoque interesante!
¿Cómo se utiliza hoy en día el Ojo de Horus?
Aunque la civilización del antiguo Egipto terminó, la creencia en el poder del Ojo de Horus continuó con igual fuerza.
En muchos países mediterráneos, por ejemplo, los pescadores suelen pintar este símbolo en sus barcos para protegerse en el mar.
A muchas personas en todo el mundo también les gusta usarlo como joyería para beneficiarse de una protección casi mágica.
Esto puede parecer cuanto menos inquietante. De hecho, ¿por qué se siguió utilizando un simple amuleto de la suerte egipcio donde tantos otros han desaparecido a lo largo de los años?
La respuesta es sencilla: el ojo egipcio es popular entre los ocultistas y entusiastas de la brujería. Para ellos, este símbolo sólo sirve como protección, pero también para acceder al conocimiento y al conocimiento oculto.
Cuando miramos este amuleto, que combina glifos antiguos y el símbolo del ojo de Horus, queda claro que ciertos practicantes de magia pueden haberlo utilizado durante rituales de los que no tenemos idea.
La magia egipcia y el tercer ojo
El Ojo de Horus es un símbolo intrínsecamente ligado a la psique humana. Algunos también lo ven como una representación del “tercer ojo”.
Este término designa un significado superior que todos tenemos pero que está oculto para nosotros, al que no tenemos acceso directo.
A medida que desarrollaron su tercer ojo, algunas personas han dado testimonio de cosas realmente sorprendentes. Se trata, en particular, de poderes místicos, de una visión más clara del mundo y de la vida, de una vida metafísica y espiritual más rica.
En definitiva, se trata de capacidades casi sobrehumanas a las que nos daría acceso el tercer ojo.
Algunos dicen que esto es algo posible, que las capacidades de nuestro cerebro son muy poco utilizadas y que, si aprendemos a controlarlas, no sería de extrañar este tipo de poderes.
Otros hablan de cosas más sagradas, de un vínculo con un dios creador que nos ofrecería a algunos de nosotros regalos que sobrepasan la comprensión.
De todos modos, la mayoría coincide en que el Ojo de Horus nos invita a discernir mejor los mensajes que deja la naturaleza y a explotar mejor nuestro propio conocimiento psíquico y los talentos naturales que hemos decidido olvidar y dejar sin explotar.
Una vez abierto (es cierto que este término de uso común no siempre nos permite entender completamente de qué se trata), nuestro tercer ojo nos ofrece una visión clara de la realidad y mayores posibilidades de comprensión del mundo que nos rodea.
El propio Ojo de Horus tiene muchas formas de funcionar.
Para abrir y despertar el tercer ojo, por ejemplo, medita en él mirando fijamente su pupila. Haga esto poco a poco, el ojo se le mostrará en visión a medida que abra su portal psíquico.
Cuando se utiliza como joyería, su portador se beneficia de sus capacidades protectoras y curativas. Después de usar uno durante un tiempo, algunos también han informado de una sensación de “reequilibrio energético” y la impresión de haber estado protegidos contra ciertos tipos de ataques maliciosos.
De hecho, este amuleto de la suerte es tan popular que han surgido todo tipo de teorías al respecto. Numerosas organizaciones más o menos creíbles también lo han incorporado a su logotipo, en particular sociedades secretas.
¿Un vínculo con la glándula pineal?
La glándula pineal es una parte del cerebro absolutamente esencial para el correcto funcionamiento del cuerpo humano.
En cuanto al sueño, asegura la producción de melatonina (a menudo llamada hormona del sueño) en función de la sucesión de ciclos de luz y oscuridad.
Al estar regulada por el núcleo supraquiasmático situado en el hipotálamo, la melatonina también participa en el control de la temperatura corporal, el hambre, la sed, la fatiga y el ritmo circadiano.
La glándula pineal también es responsable de producir serotonina. Estamos hablando aquí de una hormona esencial que se encarga de regular el estado de ánimo, el comportamiento y (en cierta medida) la digestión.
También conocida como la hormona de la felicidad, la falta de producción de serotonina es una de las principales causas de depresión.
Sin embargo, la glándula pineal hace mucho más que simplemente orquestar la producción de hormonas en nuestro cuerpo.
Según nuestros mayores y las enseñanzas que han llegado hasta nosotros (ya sean vestigios arqueológicos, manuscritos o tradición oral), esta parte del cerebro es la clave para acceder a estados de conciencia modificados.
En el antiguo Egipto en particular, la glándula pineal era vista como el asiento de la mente y utilizada como puerta de entrada a la conciencia superior.
Debido a su importancia, habría sido venerado de muchas maneras. Sin embargo, hay uno que nos interesará especialmente: el ojo de Horus.
Efectivamente, llama la atención la comparación entre la glándula pineal tal como aparece en el cerebro y el símbolo del que te hemos hablado a lo largo de este artículo. Estamos hablando aquí de un parecido físico (ojo, esta imagen contiene la sección anatómica de un cerebro, abstenerse almas sensibles) como puedes ver aquí.
Los egiptólogos no saben si en aquella época se realizaron disecciones. Sin embargo, muchos especialistas, al ver este parecido, piensan que no puede ser de otra manera.
En realidad, hay un montón de elementos diferentes que nos dicen que es la glándula pineal y el hipotálamo que la rodea los que inspiraron el símbolo del que os venimos hablando desde hace un tiempo.
Los antiguos egipcios consideraban que el ojo egipcio era una herramienta mágica muy poderosa capaz de devolver la armonía y el equilibrio a las energías internas de un ser humano.
Cuando además sabemos que, sí, los egipcios de la época de los faraones veían esta zona del cerebro como el asiento del alma y que, por otro lado, el ojo de Horus está asociado al acceso a grandes conocimientos. oculto, se establece por sí mismo un segundo paralelo.
El mensaje del amuleto de la suerte egipcio que os hemos descrito en este artículo podría resultar más profundo de lo que parece...
Nos dice que tenemos dentro de nosotros la capacidad de desarrollar nuestra espiritualidad, nuestra conexión con lo divino y lo sagrado.
Llámelo como queramos, pero activar esta cosa misteriosa podría despertar nuestra personalidad y sacar a la luz el lado más brillante de nuestro ser y nuestra verdadera naturaleza.
Tras la lectura que acabas de hacer ahora aparece muy claro: sí, el significado del ojo de Horus es profundo, interesante y nos ofrece mensajes que pueden cambiar nuestra vida diaria.
Conclusión: lo que el Ojo de Horus puede hacer por ti
Después de leer este artículo lo habrás entendido: el ojo de Horus no es un emblema del mal sino, por el contrario, un poderoso símbolo mágico que nos protege de él.
Si antes de empezar a leer este artículo asociabas Udjat con la magia negra y la brujería, ahora debes haber cambiado de opinión.
En definitiva, estamos hablando aquí de un amuleto de la suerte (literalmente, el ojo de Horus realmente puede traerte felicidad) que podemos usar por muchas razones.
Aquí hay algunos:
- Los amuletos con este símbolo egipcio siempre se han usado para repeler las energías negativas que podrían dañarnos. Los propios faraones antiguos utilizaban este tipo de joyería.
- Por representar una parte secreta de nuestro cerebro, el Ojo de Horus está vinculado a nuestras emociones más profundas, pero sobre todo a la posibilidad de desarrollar ciertos poderes psíquicos.
- Algunos seguidores de filosofías orientales y movimientos esotéricos afirman que meditar en el Ojo de Horus (visualizando o fijándose en el símbolo) ayuda a activar el chakra del tercer ojo.
- Por último, y esto sigue siendo importante, el símbolo del Oudjat está formado por curvas armoniosas que le dan un aspecto misterioso e intrigante. Por tanto, es ideal para crear joyas de la suerte con un estilo fascinante.
Amuletos de la suerte que aparecen en este artículo.
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