Sonoterapia: instrumentos productores de sonidos y curativos.
Se suele decir que la práctica de la música es tan antigua como la propia humanidad. Esto no es del todo falso.
De hecho, personas de todo el mundo lo escuchan, lo producen y lo utilizan desde el principio de los tiempos (usándolo, sí, por los efectos tan poderosos que puede tener en nosotros).
De hecho, el sonido ha sido utilizado comúnmente por diferentes culturas como herramienta de curación. Esto es precisamente lo que llamamos sonoterapia.
Considerada tanto por los modernos como por los antiguos, la terapia del sonido consiste en una forma de práctica meditativa durante la cual se utilizarán diversos instrumentos musicales por las vibraciones que producen.
Estas vibraciones, al interactuar con nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestra alma, nos sumergen en segundos estados (a menudo vinculados a la curación, pero a veces también al trance, etc.).
En realidad, la sonoterapia se esfuerza por proporcionar a sus practicantes sonidos cuidadosamente calculados que les permitan sincronizarse con ciertos modos vibratorios, logrando así los estados deseados de armonía y paz.
Mediante el uso de instrumentos específicos, como cuencos tibetanos, campanas, diapasones o incluso gongs, la sonoterapia puede funcionar de una forma más compleja de lo que parece, afinando armonías, notas y tonos con una sutileza que sólo los practicantes informados pueden imaginar.
Aunque las diferentes formas de terapia que resultan de todo esto han demostrado su valor, la curación con sonido sigue siendo una práctica debatida.
Por lo tanto, naturalmente, la investigación al respecto se ha intensificado en los últimos años.
Quién sabe, ¡con un poco de suerte pronto descubriremos los secretos más misteriosos de la sonoterapia!
¿En qué se basa realmente la sonoterapia?
El sonido es un enfoque maravilloso para el trabajo terapéutico y, como era de esperar, su uso ha aumentado enormemente en los últimos años.
De hecho, debes saber que todo ser vivo vibra a un nivel muy concreto que llamamos tasa de vibración.
Podemos ver esto como una frecuencia que es única para nosotros y que, muy compleja, también lo es para nosotros.
Precisamente sobre esta frecuencia de vibración funcionará la terapia de sonido.
En concreto, la exposición a cierto tipo de sonidos nos permite influir en la frecuencia de nuestro ser (ya sea a nivel del cuerpo, de los órganos, del cerebro o incluso del aura).
Con los sonidos correctos, podemos equilibrarnos, armonizarnos, curarnos… en resumen, simplemente podemos mejorar.
En realidad, este tipo de efecto se conoce desde hace mucho tiempo.
Normalmente, los científicos conocen el "efecto Mozart", que básicamente nos hace más inteligentes cuando escuchamos música clásica.
Los agricultores y campesinos también saben muy bien hasta qué punto la música y los sonidos influyen en las plantas y en su forma de crecer.
En definitiva, la sonoterapia es algo real.
Muchos beneficios para la salud
Los sonidos a los que estamos expuestos nos permiten alcanzar estados de relajación, calma e incluso en ocasiones de trance como pocas cosas en el mundo son capaces de lograr.
Estos no son testimonios de personas que se sienten más relajadas, o incluso francamente felices, después de una sesión de sonoterapia.
Si pensamos detenidamente, nosotros también podemos encontrar momentos en nuestras vidas en los que la música nos ha dejado aturdidos.
Al practicar “ baños de sonido ” (esta es una forma de terapia donde nos sumergimos por completo en los sonidos), podemos lograr estados que nos ayuden a iniciar procesos de autocuración.
Para muchos terapeutas, este tipo de tratamiento en particular funcionaría en nuestro cuerpo sutil.
Aura, prana, ki, chi: llámalo como quieras, pero lo cierto es que muchas personas en todo el mundo son conscientes de esta realidad.
En resumen, ¡no importa cómo funcione al final!
Lo que más nos importa es cómo puede ayudarnos la sonoterapia.
Esto es bueno, la respuesta a esta pregunta es realmente sencilla: esta forma de cuidado nos ayudará en todo nuestro ser, en todo nuestro ser.